La gran mayoría de procesos psicológicos son contraintuitivos. Lo desagradable, necesario. Lo reconfortante, peligroso. El marketing de las emociones está mal planteado. Dispone como negativas las vibes más necesarias, aunque sean incómodas, y como positivas las más engañosas, aunque sean placenteras. Vengo hoy a girar 180 grados tu imaginario emocional.
Le preguntaron a Kahneman el porqué de las dificultades del ser humano para tomar decisiones con perspectiva a largo plazo. Porque no es allí donde la vida es vivida, contestó. Dilapidante, y real.
No estás diseñado para anticipar gratificaciones
Ni para forjar proyectos a futuro. El poderoso corto plazo gobierna cual diablo nuestras verbalizaciones más bienintencionadas. A este se la sudan tus intentos, fuerza de voluntad, o predisposiciones. Se basa en factos, y sin ellos la batalla está perdida.
Lo que por otro lado está claro es que una vida calculada al milímetro deja de merecer la pena, pues ese potente corto plazo es el que te permite disfrutar de la fiesta obviando la resaca que tendrás mañana. Pero estaremos de acuerdo en que es mejor conocer el juego de las consecuencias que jugar una vida a ciegas.
Cuando un equipo parte como underdog (no favorito) en un partido, el estímulo que más le impulsa es esa sensación de <no jugarse nada>, de asumir que perder entraría dentro de lo normal, jugando así libres de cualquier peso y mejorando incluso las cotas de rendimiento que pudieran haber mostrado antes.
En la vida somos ese underdog, salimos perdiendo 1-0
Y sólo alcanzaremos algún hipotético éxito cuando abracemos la más que probable derrota. La hiperestimulación sobrereactiva que rige en estos momentos dispone unas reglas poco optimistas. Y en estas nuestro dominio arquitectónico del contexto dictamina si te queda alguna esperanza. Traduciéndolo a Ulises, aquel que sea capaz de preparar su barco para no escuchar a las sirenas conseguirá ser dueño de sus decisiones.
Le preguntaron a Paco de Lucía si se consideraba anárquico o disciplinado. Totalmente anárquico, dijo, por eso me someto a una disciplina.
Esa disciplina empieza en el mástil de tu velero, y para construirlo vamos a contraponer huida y afrontamiento. Te lo plantearé de la misma forma que hago con las personas que acuden a mi consulta.
Primero, vamos a mencionar los 4 factores principales en esta obra
Corto plazo
Largo Plazo
Bienestar
Malestar
*Un matiz antes de arrancar, recuerda lo contraintuitivo del planteamiento.
La ubicación de estos elementos quedaría tal que así.
Ahora, con este asterisco y nuestras 4 características, vamos a dibujar a los dos protagonistas. Teniendo en cuenta que la casilla de salida siempre será el corto plazo, y que según tomemos una dirección u otra se alcanzará un final diferente.
Huida
Los procesos de escape parten de un presente donde se nos presenta una sensación desagradable. Sea en forma de preocupaciones, miedos, conflictos, nervios… ¿Y qué es lo que ningún ser humano quiere? Sentirse mal. Por eso la respuesta natural consiste en buscar siempre el bienestar.
Claro, esto nos deja ante una situación sin solventar y un parche dispuesto en una herida que volverá a sangrar más pronto que tarde. Tendrás que regresar para enfrentarte a aquello de lo que un día huiste. Pese a su componente de incomodidad, las señales que te mandan cuerpo y cabeza no son elementos de los que librarse, sino acompañantes de toda vida con sentido.
Vamos a ver a su antónimo para valorar el pastel completo.
Afrontamiento
Aquí tenemos todo lo contrario. Un corto plazo donde convivo con el malestar que me ha provocado la situación en concreto. Esto suele dar como resultado dos cosas. Uno, se reduce el respeto que me daba aquello a lo que me iba a enfrentar, porque casi nunca es para tanto. Dos, adquiero la habilidad y la experiencia para que en futuras ocasiones me cueste menos surfear esa ola, además del propio proceso de aprendizaje que conlleva, porque nadie evoluciona caminando hacia atrás.
Esto no fue buscado cuando lo hice, pero es curioso que la gráfica de la huida sea una N al revés. Por lo de no lo hagas, y por lo de contraintuitivo. Y que la del afrontamiento tenga forma de pez, nadar el malestar con la flexibilidad como condición innegociable.
Aunque no estemos prediseñados para lidiar con el sufrimiento psicológico, las cosas más bonitas de esta vida se encuentran detrás de él, rara vez en dirección contraria. Sabiendo que las respuestas desagradables en forma de pensamientos y emociones no tienen nada de malo, el verdadero aprendizaje reside en qué eres capaz de hacer a pesar de su presencia, nunca sin ella.
Si te ha molao, házmelo saber y seguiré profundizando en esto en futuros textos.
Nos seguimos leyendo.
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El corto plazo y el feedback que te da es un mal bicho y complicado de dominar, de eso no cabe duda. Y la disciplina necesaria para someterlo y conseguir que el largo sea igual de efecgtivo, no es fácil conseguirla.
No me ha gustado, me ha flipao